EL RINCÓN DEL VERSO


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SOLEDAD

Llegó a su pequeño hogar

Como siempre de madrugada
Pero se entristeció al pensar
Que nadie, le esperaba a su llegada.

Era su pequeño hogar

Sencillo y muy acogedor
Tan solo le faltaba su presencia
Para poder entregarle su amor.

Al entrar en su alcoba

En silencio miró su fotografía
Y tomándola entre las manos
La besó despacio como cada día.

Sin mediar palabra

En el tocador la puso de nuevo
Mientras decía susurrando
Amor mío, olvidarte no puedo.

Sin mediar palabra

Miró su lecho vacío
Y entre frías sábanas
Poco a poco se quedó dormido.

Como cada madrugada

Otra vez soñó con ella
Con su serena y clara mirada
Con su piel sedosa y morena.

Como cada madrugada

Soñó que le entregaba sus besos
Que sentía esas caricias tan deseadas
Mientras rozaba su largo pelo.

Por un momento imaginó

Que ella, le decía te quiero
Que estaría siempre a su vera
Porque anhelaba ser su dueño.

Con los primeros rayos de sol

Despuntaba un nuevo día
Y al despertar como cada mañana
Lentamente, vio morir su alegría.

Que había perdido a su amada

Aún no había conseguido aceptar
Pero veía que el tiempo pasaba
Y él, seguía viviendo en soledad.



PERDONAME

Todo comenzó sin querer

Una hermosa madrugada
Cuando paseando por la playa
Encontró de pronto su mirada.

Al mirar sus ojos verdes

Por un momento contempló
Que pedían con dulzura
Tan solo un poco de amor.

Por un breve instante

En silencio sus manos tomó
Y sonriendo muy despacio
Su largo pelo acarició.

Entre besos y caricias

Un suspiro se le escapó
Tras decirle cuando amanecía
¡Lo siento!, mi tiempo terminó.

Su corazón se entristeció

Al escuchar sus palabras
Pero...poco a poco se alejó
Y ella, no pudo hacer nada.

Sola y quieta en la arena

Una y otra vez se preguntaba
¿Por qué le dejaría marchar?
Si estar junto a él, necesitaba.

Mirando fijamente al mar

Una y otra vez se decía
¿Por qué le dejaría marchar?
Si es la ilusión de mi vida.

En la noche clara y serena

La luna en el cielo brillaba
Y su corazón olvidó la tristeza
Al verle de nuevo en la playa.

¿Qué haces aquí?

Ella, despacio preguntó
Y él, sin mediar palabra
Con un beso le respondió.

Perdóname, via mía

Le dijo casi en silencio
Mientras una lágrima caía
De sus bonitos ojos negros.

¡Qué no quisiera estar solo!

Tras marcharme comprendí
Por eso, hoy vengo a pedirte
Que vivas siempre junto a mí.

Mirándole fijamente

Ella, sonriendo murmuró
Quisiera aceptar, sencillamente
Entregándote cada día todo mi amor.

Llenos de emoción y alegría

Aquella noche cumplió su ilusión
Mientras el viento y la brisa
Con sus nombres, dibujaron un corazón.

Que estarían justos para siempre

Aquella madrugada prometieron
Cuando las olas, sencillamente
De espuma, escribieron un te quiero.