Ayer,
pasé por San Lorenzo
Después
de tan larga espera
Y al
contemplar tu templo
Volví
a sentirte muy cerca.
La
luna radiante desde el cielo
Ilumina
está bonita noche invernal
En
un rincón donde dejé recuerdos
Que
difícilmente podré borrar.
La
luna radiante desde el cielo
Impaciente
anhela ser testigo
De esa
madrugada de ensueño
Donde
siempre estará contigo.
Desde
que salgas de tu templo
Iluminando
como cada primavera
Tu
serena y mirada, Nazareno.
Esos
ojos llenos de tristeza
Que
son la fe de tu pueblo
Tras
ellos, ofreces con delicadeza
A tu
gente, esperanza y consuelo.
Siento
que el deseo nunca muere
Cada
vez que regreso a San Lorenzo
Aunque
lejos me encuentre a veces
Mi
corazón te lleva muy dentro.
Siento
que el deseo nunca muere
Cada
vez que regreso a San Lorenzo
Sueño
siempre con poder ofrecerte
Mi
sencilla oración, como en aquel momento.
Al
rezarte siempre te pido
Que
de la mano nunca me dejes
Siento
que a mi vera te necesito
Aunque
no te visite frecuentemente.
Será
tan bonito guardar
El
momento que anoche viví
Sintiendo
que a veces puedo estar
Dios
mío, tan cerca de ti.