Vivían una relación muy hermosa
Aunque no llevaban demasiado tiempo
Comenzó como una amistad maravillosa
A pesar de haber tenido varios impedimentos.
Sentían que se querían con locura
Habían dejado atrás todo lo sucedido
Entregándose solo comprensión y dulzura
Además de aquel breve pero sincero cariño.
Estaban comenzando a vivir
Un breve pero bonito noviazgo
Ilusionados por volver a sentir
Sentimientos que nadie había borrado.
Un breve pero bonito noviazgo
Sin ocultar esa gran fidelidad
Eran dos corazones enamorados
Derrochando momentos de felicidad.
Se entregaban mutuamente
Compartiendo gratos momentos
Pero tras una bella noche de repente
El alba les trajo un poco de desconsuelo.
Aquel radiante día de verano
Era para ella un día de fiesta
Pero sin querer tomó su mano
Y vio su mirada llena de tristeza.
Tenía que viajar esa mañana
A su hogar para ver a su familia
Pero sinceramente le preocupaba
Que él, no tuviera esa misma alegría.
¿Qué te ocurre
amor mío?
Preguntó sin soltar su mano
Despacio él le contó el motivo
Sin saber cómo podría solucionarlo.
Respondió que estaba molesto
Como tantas veces había pasado
Comprendió que estaba enfermo
Pidiéndole que se quedara a su lado.
Después de su breve petición
Entendió que debería marchar
Y ella nuevamente le prometió
Que no tardaría en mucho regresar.
¡Te echaré de
menos!
Presintiendo su larga soledad
Le dijeron sus serenos ojos negros
Sin mediar palabra, una vez más.
Le entregó un cálido beso
Antes de su corta despedida
Mientras suplicaba en silencio
¡Amor, no te marches todavía!
Pero tenía el tiempo justo
El reloj marcaba la hora
Sabiendo que estaba a gusto
Esta vez debería irse sola.
Viajó atenta pero pensativa
Por no poderle tener cerca
Disfrutó aquel día con su familia
Pero larga se le hacía la espera.
Durante su ausencia él recibió
De ella, un par de cortas llamadas
Se alegraba al oír su dulce voz
Sintiendo aún que la extrañaba.
Caía la tarde en su alcoba
Sintiéndose un poco inquieto
Mientras la luna blanca y hermosa
Acompañaba su pensamiento.
Pensaba en ese pelo negro
Tras ofrecerle una caricia
Mientras sus serenos ojos negros
Decían de nuevo que la querían.
Pensaba en sus dulces labios
En esa piel sedosa y morena
Mientras la acariciaba despacio
Susurrando no te vayas de mi vera.
Le pareció estar soñando
Cuando sintió otra vez la puerta
Produciéndose el instante anhelado
Cuando ella llegó despacio a su vera.